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Significa que, al no poder estar en todos lados a la vez, se tiene que elegir en cuáles sí queremos estar y comunicar claramente cuándo no podremos estar, es decir, es tan irrenunciable presidir una junta de trabajo, como estar presente en el festival del día de la madre.

Celebrar el día de la Madre me lleva a reflexionar los retos que enfrentan las mujeres con hijos cuando están inmersas en el ámbito laboral. Salir a trabajar se ha convertido en un gran desafío, revertir un antiguo modelo “perder-ganar” por medio del cual, las mujeres que trabajan fuera del hogar, se encuentran con una doble o triple carga de trabajo y una fuerte presión para cumplir con sus responsabilidades en cada uno de los frentes: familia-trabajo, el reto del presente y futuro es convertir este modelo en “ganar -ganar”

Las madres que trabajan tienen que asumir que para salir adelante con los retos que plantea la maternidad frente al trabajo laboral, requiere de un proyecto de vida, al cual hay que ajustarse, además de responsabilizarse de las decisiones que se tomen en la forma más eficiente posible. Significa que, al no poder estar en todos lados a la vez, se tiene que elegir en cuáles sí queremos estar y comunicar claramente cuándo no podremos estar, es decir, es tan irrenunciable presidir una junta de trabajo, como estar presente en el festival del día de la madre. El desafío es lograr un balance entre cuidar a la familia y la necesidad de crecer y desarrollar el potencial profesional y talento.

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Para ello, son múltiples los cambios que tienen que lograrse, por ahora solo apunto algunos que sobresalen, tales como: obtener horarios flexibles, es costumbre en la mayoría de las empresas requerir de tiempo completo que a menudo, rebasa las cuarenta y ocho horas semanales. En las organizaciones más modernas el problema suele simularse “las mujeres pueden ocupar cualquier cargo siempre y cuando se queden en la oficina hasta la hora que sea necesario”, lo cual deja en claro el supuesto “las mujeres no son gerentes porque no trabajan hasta tarde, aunque pueden serlo si así lo desean y si se adaptan a estas reglas”  por tal motivo, a medida que se asciende en el nivel de ingresos y en la pirámide organizacional, la presencia de las mujeres disminuye.

La exclusión de las mujeres de los círculos informales donde “se cierran” muchas negociaciones, la discriminación (oculta o abierta) que existe hacia las mujeres, particularmente hacia aquellas que son madres, la noción generalizada de que las propietarias de empresas sólo deben dedicarse a las actividades de subsistencia y el predominio de ocupaciones consideradas masculinas que se vinculan con mayores posibilidades de ganancias económicas y ascensos jerárquicos.

Así mismo, se deben superar grandes desventajas que tiene el mundo del trabajo, a las mujeres se les paga menos que a los hombres, incluso cuando hacen lo mismo.

Y esto no se explica porque ellas sean menos productivas o estén menos educadas, se explica por prácticas discriminatorias, normas sociales y patrones de conducta que las conducen a oficios peor remunerados y con menos progreso en su trayectoria laboral.

Los retos se convierten en regular múltiples instrumentos educativos- culturales y a combatir estereotipos de género en la elección de carrera y la redistribución de las tareas del hogar.

Artículo por: Lic. Luz del Carmen García
Socio Consultor
Great Team – Excelencia en Capital Humano
www.greatteam.mx

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